Medidas contra la religión clásica en el Imperio
331. Inventario de los bienes del culto clásico y confiscaciones
324-361 Constancio II
341 Prohibición de sacrificios
356 Prohibición de sacrificios y clausura de templos (Oriente)
364-375 Valentiniano
381 Prohibición de sacrificios
364-378 Valente
382 y ss. Religión clásica separada del Estado. Evicción del Ara Victoriae senatorial
367-383 Graciano
385 Prohibición de sacrificios y de la haruspicina
375-392 Valentiniano II
386 Destrucciones de templos en Oriente (Siria, Egipto) y África
379-395 Teodosio
391 Prohibición del culto privado. Destrucción del Serapeo
392 Prohibición del culto clásico en el Imperio
399 Destrucción de templos rurales. Destrucción del templo de Celeste (Cartago)
435 Prohibición de sacrificios
El vínculo entre la Iglesia y el Estado se formalizó en la dignidad
civil y en los signos externos concedidos a los obispos, a quienes se
empezó a confiar funciones diplomáticas.
Hacia el 400, el patriarca de Constantinopla ya tenía precedencia en la
corte sobre los funcionarios civiles. Y en los textos de Ambrosio
(obispo de Milán, 374-397), "romano" y "cristiano" son prácticamente
sinónimos. La controversia arriana acerca de la divinidad de Jesús
derivó en un conflicto entre Iglesia y Estado cuando Constancio apoyó a
los arrianos. Y Ambrosio forzó a Teodosio a someterse a la Iglesia no
como su césar o amo, sino como su hijo. Imperio e Iglesia, cuando los
emperadores fueron ya ortodoxos, fueron términos sinónimos para muchos
cristianos.
La Iglesia tardó mucho tiempo en emprender acciones misioneras fuera de
las fronteras del Imperio. El godo Ulfilas convirtió a su pueblo al
cristianismo arriano (h. 340-350) y tradujo la Biblia al gótico, aunque
omitió muchos pasajes bélicos del Antiguo Testamento. Desde los godos
se propagó el arrianismo entre otros germanos, como los vándalos (los
primeros germanos católicos fueron los francos, hacia el 506, seguidos
por los visigodos). En el siglo V, las provincias occidentales fueron
invadidas por los godos, vándalos y hunos. El ejército hacía tiempo que
reclutaba efectivos en las tribus bárbaras y estaba bajo el mando de
generales germanos, que también daban guardia a la casa imperial: por
ejemplo, a los dos hijos de Teodosio, tutelados por Estilicón, que
gobernó de hecho tras la muerte del emperador hasta que Arcadio y
Honorio pudieron hacerlo por sí mismos. En el siglo V, el emperador de
Occidente ejercía menos el poder que sus generales y la sucesión
imperial concluyó cuando un jefe germano, Odoacro, decidió en 476
gobernar sin emperador. El final de la dinastía occidental implicó una
cierta diferencia entre Iglesia y Estado, en el sentido de que el poder
del Papado se reforzó ante la falta de emperador, lo que preparó el
camino del Papa como soberano temporal en muchas partes de Italia entre
los siglos VII y XIX.
Las invasiones destruyeron las escuelas en Occidente. Escuelas específicamente eclesiásticas nacieron en la Antigüedad Tardía, por lo que los conservadores y transmisores de la cultura clásica fueron, sobre todo, los monjes. El monaquismo nació en el desierto egipcio, en el siglo IV, con los ermitaños Antonio y Pacomio, el primer organizador de una comunidad bajo regla de obediencia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (370-379), rechazóó el ideal eremítico e insistió en que las comunidades regladas respetasen la autoridad del obispo y se hiciesen cargo de misiones concretas como la enseñanza o el trabajo en hospitales. El ideal monástico se difundió por Occidente y halló su desarrollo decisivo bajo Juan Casiano de Marsella (h. 360-365) y Benito de Nursia (h. 480- h. 547). El trabajo manual de los monjes consistió a menudo en la copia de manuscritos. Casiodoro (h. 490- h. 585) poseía copias de trabajos de autores clásicos (como Cicerón y Quintiliano) a la vez que Biblias y obras de los Primeros Padres de la Iglesia.
Los primeros cristianos: Controversias.
Los primeros cristianos: índice.